Las Peripecias del cine de Lorentz

El grupo de producción dirigido por Lorentz comenzó a filmar en Montana y luego se dirigió hacia el sur, hacia Texas siguiendo las tormentas de polvo que rápidamente estaban transformando en desierto millones de hectáreas de tierras de sembradío. En medio de las violenta ventiscas, Lorentz buscaban escenas que le parecían adecuadas, pero no disponían de un guion preciso, lo cual fastidiaba a veces a sus camarógrafos que por fin le presentaron un ultimátum. Strand y Hurwitz le entregaron un guion que proponían, si Lorentz lo aprobaba, ellos continuarían trabajando. Lorentz no aceptó la propuesta y la crisis resultante implico una situación similar a la que tuvo que enfrentar en su momento Grierson en uno de sus documentales. Los camarógrafos consideraban no solo como catástrofes naturales a los vendavales que estaban devastando la región sino que el rapaz sistema económico de explotación de la tierra también estaba ocasionando el grave problema en la región. Quizá hasta cierto punto Lorentz pensara lo mismo, sin embargo dentro del contexto del patrocinio oficial su tarea debía ser conservadora, no de rechazo al sistema.


Gracias al manejo de una táctica y una filosofía, Lorentz logró mantener unido al grupo pero las tensiones continuarían.Desde el comienzo mismo de su trabajo para el Gobierno de los EE.UU., los proyectos de Lorentz estuvieron sumidos en la controversia. Los opositores de la "New Deal" consideraban que el dinero que se gastaba en estos proyectos podría ser invertido en otras cuestiones que eran necesarias en el país. El sistema de estudio de Hollywood siempre había tenido una relación conflictiva con Lorentz, debido al libro bastante crítico que había escrito, Censura: La Vida Privada de las Películas.

Los problemas de Lorentz con la industria del cine comercial se vieron agravados por la amenaza de competencia financiera que representaban las películas producidas para el gobierno. La combinación de estos dos factores crea problemas significativos para Lorentz, incluyendo el no tener acceso a secuencias de acciones de propiedad de los estudios de Hollywood.


Sin embargo, Lorentz tendría problemas mucho mayores con el gobierno que con Hollywood. El Congreso era renuente a la idea de que el Gobierno destinara dinero para la producción de películas, el destino de los proyectos de Lorentz estaba constantemente en peligro, y hubo momentos en que trabajó sin remuneración, mientras el Congreso debatía si debía o no permitirle continuar. Incluso hubo ocasiones en la que el debió pagar los costos de la realización, comercialización y distribución como en El Arado del cual el debió pagar costos de su bolsillo.
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